DERRIBOS
Como ya
anuncié hubo un percance grave en un derribo en la calle Isabel Serrano, la
semana pasada.
La versión que
tengo es que cuando personal especializado estaba retirando unas líneas
eléctricas aéreas en el edificio en ruinas sito en el número 7 de dicha calle,
se derrumbó dicho inmueble y el muro medianero con el número 9 de Isabel
Serrano, colindante, colapsó,
precipitándose sobre su ocupante, que milagrosamente no sufrió grandes daños
físicos, sí el susto, como el desalojo inevitable del inmueble.
Desconozco si
la excesiva presión por peso elevado del personal especializado fue el causante
o si el grado de deterioro de la finca, o ambas circunstancias, o si en
realidad la misma estaba sostenida por el cableado eléctrico.
En fin, muy
mal, hemos hablado mucho de todo esto.
Lo que no
puede admitirse es que vivimos en un barrio con múltiples tendidos eléctricos
aéreos, y nadie parece ser capaz de convencer a las compañías eléctricas de la
obligación de lo contrario.
Estoy
empezando a sospechar que el continuo cabreo que tenemos no es sólo por Dragados y este Plan cambiante jamás
realizado, sino que debemos incluir las ondas electromagnéticas que fluyen por
nuestro aire, que tiran edificios, maléficas en fin.
Hoy por fin,
una vez que Iberdrola se ha dignado a quitar los cables ( sin efectos adversos,
parece ser que este edificio se sostenía por el suelo ), a tirar el edifico que
quedaba en la calle Torres. Es importante ya que con el mismo ya se puede
producir la entrega del suelo apto para la edificación de las 70 viviendas de
realojo previstas.
Como veis, la pala tenía que actuar con extremada precaución ante un tendido paralelo a fachada.
CHATARRERÍA
Me he pasado
por ambas, la actual en calle Capitán Blanco Argibay, prosigue funcionando con
completa normalidad. Esa aparente pérdida de actividad, ahora no se percibe,
acumulándose numeroso material.
La chatarrería
denunciada por este y otros medios, de reciente apertura en la calle Pinos Baja
70, está en pleno funcionamiento.
Vale, ahora
tenemos dos, vamos avanzando.
Uno se hace
muchas reflexiones ( demasiadas ). Todos los madrileños pagamos un potosí a
concesionarios privados ( ACS Y FCC ) para que sus empresas de gestión de
residuos nos recojan la basura, y sin embargo estas empresitas, con una gestión
de los propios residuos que deberían gestionar esos concesionarios obtienen
pingües beneficios.
Sólo decir que
una chatarrería como la de Capitán Blanco Argibay, obtiene unos rendimientos
brutos anuales superiores a 2 millones de euros. Esa es la industria marginal
que demostraba al TSJ que no valía casi nada lo que teníamos.
A mí se me
escapa algo, no lo entiendo, que me lo expliquen.
Y como seguimos
viviendo como veis con tanto cuento, bueno, como empiezan las vacaciones ahora
el cuento lo escribo yo:
CAPERUCITA
ROJA Y LA CORNISA DE LA DIRECCIÓN
Érase una vez,
en una tierra hostil no muy lejana,
vivía Caperucita Roja.
Todos la
conocemos, faldita corta, medias altas, camisa blanca entallada con amplio escote
y la homologada chaqueta roja con caperuza que la ha hecho tan popular…. ( no
voy a seguir por este camino porque me estoy saliendo del contexto y este blog
está autorizado para todos los públicos ).
Un día, la
mama de Caperucita, que no sabía que existía
Telepizza, le dijo a la no tan niña que tenía que llevar una cestita con
comidita para la abuelita. La casa de Caperucita estaba en Marques de Viana,
junto al parque, y la abuelita vivía, más al norte, por Sinesio Delgado.
La madre la
dijo que se fuera por el nuevo Paseo de la Dirección y bajara por Capitán
Blanco Argibay, que para nada, con semejante atuendo, se la ocurriera atravesar
el parque ( obviamente ).
Pero
Caperucita era muy traviesa, su mama no la dijo nada sobre acortar por el
llamado paseo peatonal, la nueva cornisa, entre el parque y los edificios,
quería conocer aquello.
Pasando
Aligustre, dejó a la derecha el Paseo de la Dirección y se introdujo en un
estrecho recorrido inclinado, entre árboles.
Allí, claro,
la estaba esperando, el inevitable lobo feroz y se produjo uno de los diálogos
más famosos como versionados de las historias de ficción:
LOBO: ¿ Qué
haces por aquí Caperucita ?
CAPERUCITA:
Voy a casa de la abuelita, en Sinesio Delgado, ¿ voy bien por aquí ?
L.: Fenomenal,
por aquí no te molestará nadie, no hay caminos, sólo árboles, ningún vehículo
con ruedas puede circular, por eso se llama peatonal, eso sí los taconcitos ten
cuidado porque todo es de arena.
C: Pero….¿ No
me perderé ? ( esto lo dijo en el sentido de la palabra perder como falta de
orientación espacial ).
L: Imposible,
aparte de que yo me ofrezco encantadísimo de acompañarte, es muy fácil, sólo
puedes ir hacia adelante, porque si giras a la izquierda te encuentras con la
cornisa al parque y no tiene acceso alguno, porque esta muy alto, separado con
un muro, y si giras a la derecha te encuentras con esos edificios, no tiene
perdida, sólo puedes salir por un callejón intermedio, que no te aconsejo o al
final desembocas obligatoriamente con Capitán Blanco Argibay y ya bajas
directa, a casa de la abuelita.
C: Pero, señor
Lobo, esto es un bosque lleno de árboles, no hay caminos, aunque hay luces hay
muchas sombras, es noche cerrada, me da un poquito de miedo... ¿ No me perderé
¿ ( ahora, ya el sentido de la pregunta era más amplio )
L: Nada,
Caperucita, confía plenamente en el lobo feroz, estoy aquí para esto.
Caperucita,
mirando de abajo arriba al Lobo, pensó que no le gustaban los tíos sin depilar
y contestó al fin:
C: Mira Señor Lobo, lo he pensado mejor, me
vuelvo a casa y que mi mama envíe un mensajero en moto con la comida de la
abuelita…
MORALEJA DEL
CUENTO:
Cuando estoy
negociando un paseo peatonal de verdad y una real accesibilidad al parque de la
nueva cornisa, no es sólo por una motivación personal, tampoco porque se cumpla
ese esponjamiento que solicita el Planeamiento para la zona, sino porque una
zona como la actualmente proyectada ofrece pocas garantías de todo tipo para su
uso como mantenimiento.
Felices
vacaciones de Semana Santa a todos.