Contaré una anécdota:
Hace unos años unos amigos míos, dedicados entre otras cosas a la venta de ropa cara en sus tiendas, se enteraron de la existencia de una fábrica de abrigos de visón de magnífica relación calidad-precio en Sicilia, Italia. Sí, conocido también por ser la cuna de la mafia.
Para allá se fueron y después de revisar la fabricación como el producto procedieron al "protocolo no escrito para empresarios españoles" de cerrar el trato a los postres de una suculenta comida ( este protocolo me parece indignante, pero inevitable como hablar de los toros ) .
Evidentemente a la altura del expreso, ya eran intimos de toda la vida.
Uno de los españoles se atreve a preguntar:
Oye, ¿ precisais de alguna garantía nuestra para enviar el producto ?
Después de una risotada latina el representante de la firma siciliana contesta, en lento italiano que traduzco:
Amigo:
Aquí sólo hay dos posibilidades:
1/ Tu vendes como quieras el abrigo y ME LO PAGAS
2/ No vendes el abrigo y ME LO DEVUELVES
Y NO HAY OTRA POSIBILIDAD.
Después de esta teoría comercial tan simple, la salud de mis amigos es buena y venden muchos abrigos.
Con el relojo del Paseo de la Dirección en las 114 viviendas se puede decir lo mismo:
Aquí sólo hay dos posibilidades:
1/ Dragados entrega el bloque al Ayuntamiento y PAGA y realoja.
2/ Con la única excusa del amueblamiento de cocinas y toma de gas de las mismas ( no realizado ) retrasa formalmente la entrega hasta septiembre y "habla de lo divino como humano con el Ayuntamiento".
Y NO HAY OTRA POSIBILIDAD
A ver si el lenguaje siciliano lo entienden estos empresarios.
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